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Hace casi medio año de cuando escribimos un artículo, en nuestro blog, sobre el buque de carga más grande del mundo, el MSC Gülsün. En este artículo le brindamos una rápida actualización.

En la primera sección de esta miniserie sobre contenedores de transporte, hicimos un viaje por el camino de la memoria, hablando de la historia de los contenedores de transporte. En la segunda parte, describimos los tipos de contenedores de transporte más utilizados y sus usos. En la última parte de hoy también nos centraremos en el uso de containers, sin embargo, esta vez lo haremos desde el otro extremo: veremos los usos más extraños de los contenedores intermodales.

La forma en que hacemos hoy los negocios está estrechamente relacionada en cómo nos apoyamos con la tecnología. 

La externalización de nuestros procesos es pieza fundamental para el crecimiento y la salud de nuestras empresas y de la economía. Por lo que a la hora de hacer una tercerización debemos tener en consideración estos tres factores para asegurar el éxito. Excelente comunicación con el Operador Logístico en el nivel gerencial, administrativo y operativo; Contratos explícitos y exhaustivos; y Métricas sencillas de obtener y objetivos mensurables.

En el pasado, los productos solían enviarse a granel. En pocas palabras, la gente literalmente arrojaba bolsas con papas, barriles de vino o cajas de madera con armamento de varias dimensiones en un carro tirado por caballos. Más tarde cambiaron carro por el camión. Luego se dirigían a la estación de tren más cercana, donde debían descargar y cargar la carga en un vagón de ferrocarril. Después de eso, el tren transportaba las mercancías al puerto más cercano, donde debían estibar en un barco. Finalmente, al llegar al puerto de destino, repetir todo el proceso en orden inverso.

Este sistema tenía muchas desventajas. Manejar cargas no estandarizadas con muchas dimensiones consumía mucho tiempo y personal, la capacidad (especialmente de los buques) estaba lejos de ser utilizada de manera óptima, la carga no estaba lo suficientemente asegurada, lo que representaba un alto riesgo de pérdida o daño, especialmente durante tormentas en el mar. Y como los bienes no estaban suficientemente afianzados, facilitaban el trabajo para los ladrones.